Sostener que la cripta en la que se hallan los restos no es un cementerio, sino un lugar de culto, produce vergüenza ajena. Piense un momento, eminencia. ¿De culto o de cultivo de una ideología que tendría que estar excomulgada, no solo por los poderes públicos, sino por los evangelios que usted, como consagrado, recuerda una y otra vez en sus escritos?
En ese espacio de muerte, los únicos que practican cultos de forma periódica son miembros de la denominada Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, cuya finalidad exclusiva es ensalzar el sesgado relato de los vencedores de 1936-1939. No son oraciones por las almas o las tibias de los muertos, sino una exaltación del golpismo que continúa activa en la actualidad.
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En representación del Ateneo Basilio Lacort: Fernando Mikelarena, Víctor Moreno, Pablo Ibáñez, José Ramón Urtasun, Carlos Martínez, Txema Aranaz