Al conocer la noticia de que a Carlos Fabra le han condenado a cuatro años de prisión por defraudar a la Hacienda pública 700.000 euros entre los años 1999 y 2003 he cogido la calculadora. Carlos Fabra ocultó 140.000 euros anuales. Una pasta.
El hombre que mandó construir un aeropuerto en Castellón “para las personas”, el mismo que se vanagloria de haber colocado a tantos “que no recuerdo” en las empresas más variopintas; el mismo hombre al que la fortuna le sonrió en la lotería en distintas ocasiones es ahora un exmilitante del Partido Popular. Ha ocurrido de golpe. Tan de repente que la memoria me lleva a la conversión de San Pablo cuando iba a lomos de su caballo: "Saulo, ¿por qué me persigues?". (klik egin-ver más)
Félix Hereña, en El Sillón Informativo