viernes, 24 de julio de 2020

BOLIVIA, A LAS PUERTAS DE UN GOLPE DE ESTADO ELECTORAL Y POLÍTICO-MILITAR

        Una vez consumado el golpe de Estado en noviembre se pusieron en marcha en Bolivia una serie de dispositivos destinados a legitimar a una Presidenta golpista que llegó al poder de manera anticonstitucional y ungida por los militares que fueron, junto con la policía, no los artífices, pero sí los legitimadores del golpe. Golpe de Estado que pudo ser consumado por una mala decisión de la dirección del proceso de cambio, que hizo renunciar, una vez que Evo y Álvaro ya estaban fuera del país rumbo a México, a la tercera persona en la cadena sucesoria, la Presidenta del Senado, Adriana Salvatierra (MAS-IPSP), dejando un vacío de poder no previsto por la Constitución Política del Estado.

            A pesar de eso, y de la instalación en el ejecutivo de un gobierno golpista, se pudo mantener la mayoría de 2/3 con la que contaba el MAS en el legislativo, garantizando de esa manera una dualidad de poderes, un contrapeso a cualquier decisión tomada por la golpista Jeanine Áñez. Es por eso que se pudo imponer la fecha del 6 de septiembre para realizar las elecciones que si no llega a ser por la pandemia se hubieran realizado el 3 de mayo.

              Pero la pandemia, que podríamos pensar que le ha venido bien a muchos para eternizarse en el poder, ha sido desastrosa para los golpistas en el gobierno. No solo porque han hecho una pésima gestión de la crisis de salud, en un país cuyas condiciones de aislamiento geográfico ayudaban a contener el virus, sino porque durante estos meses han sido numerosos los escándalos de corrupción en los que han incurrido diversas autoridades del gobierno golpista. (klik egin-ver más)
Katu Arkonada, en Rebelión

NAVARROS EN EL MEDITERRÁNEO: EL PROTOSALOU DE HACE MIL AÑOS


           Vimos una librería en Baunei y entré a preguntar si tenían algo sobre Santa María Navarrese, la iglesia construida en la costa de Cerdeña por supuestos náufragos navarros, allá por el año 1052, chupinazo arriba chupinazo abajo.
            Cuando le dije que yo era navarro (sí, qué pasa, de dónde venimos pues los donostiarras, y yo en los viajes he sido provechosamente navarro, bilbaíno, vasco, andorrano, español y uruguayo), el librero Giuseppe, más majo que las liras, removió Roma con Pamplona para conseguirme algo. Desenterró un viejo cómic polvoriento sobre la leyenda de la princesa de Navarra que naufragó en estas costas, me hizo una rebaja de 18 a 15 euros y lo mejor de todo: me dio el teléfono de Pasquale Zucca, antiguo alcalde de Baunei, el pueblo al que pertenece Santa María Navarrese.
           El exalcalde escribió un libro con la historia de la iglesia y se lo editó él mismo, pero ya no está a la venta. Llámale a media tarde y quizá consigas algo.
             Baunei está colgado en una ladera panorámica, quinientos metros sobre el mar, como muchos pueblos sardos que no querían arrimarse a la costa: temían las invasiones de los piratas turcos y berberiscos, que solían recorrer muchos kilómetros tierra adentro para saquear, incendiar, violar y esas cosas de piratas.   (klik egin-ver más)
Ander Izagirre, en Gente Digital