Existe una creencia muy extendida que vincula acción política correcta con éxito electoral. Por eso, cuando éste no llega, se reclama la autocrítica. Me recuerda a la educación católica que la mayoría hemos recibido y que, en su moral, recoge la exigencia del arrepentimiento y el propósito de enmienda por los pecados cometidos. ¿Por qué hay que autocriticarse cuando los resultados electorales son malos?¿Qué pruebas se arguyen para demostrar que esos resultados son consecuencia de errores políticos? Si se tuviera el poder REAL -que no lo dan unas elecciones, sino el control de las estructuras económicas- se entendería la autocrítica, pero cuando los medios de comunicación, el poder judicial, la banca... casi sin excepción, están en manos de la derecha, lo meritorio es ganar unas elecciones, pero en absoluto es demérito el perderlas, ¿Qué deberían hacer los partidos que no son de derechas para ganar unas elecciones en un momento en el que los discursos del fascismo se van extendiendo gracias a la mayoría de los medios de comunicación, a las decisiones de muchos tribunales y al apoyo económico que recibe? Espero que la respuesta no sea copiar el discurso de la derecha fascista.
Julen Goñi, en su página de Facebook