Miles de personas pasan a diario por la plaza de toros de València. Junto a la Estación del Norte, es uno de los primeros edificios que ven los recién llegados a la ciudad. En sus alrededores, hay dos monumentos que recuerdan a dos toreros: una escultura en acero, en homenaje a Manuel Granero, y otra en bronce, que representa a Manolo Montoliu. Nada menciona, sin embargo, uno de los episodios más escalofriantes que se vivió en el coso: el horror de la represión cuando fue, en 1939, un campo de concentración franquista.
Y no es la única. En los 42 campos de concentración que hubo en la Comunitat Valenciana (provisionales y estables), según Los campos de concentración de Franco -un libro y una web de Carlos Hernández de Miguel que los recopila- hubo, al menos, tres plazas valencianas más que sirvieron a la dictadura franquista para castigar a los que defendieron el régimen democrático: la de Alicante, la de Monóvar y la de Utiel. (klik egin-ver más)
Raquel Andrés Durá. en La Vanguardia