40 años después, no solamente es imposible conocer una verdad “clasificada” sino que, además, denunciarlo es una “injuria al Estado”.
Resulta que es injurioso porque hablar de impunidad lesiona, presuntamente, la imagen del Estado. Curioso que lo lesivo sea denunciarlo... y no que aquellos hechos fueran cometidos.
Claro que han elegido hablar de “injurias” y no de “calumnias”. Normal. Para saber si es una calumnia o no, tendríamos que saber la verdad; y eso es, precisamente, lo que se está impidiendo.
Koldo Martínez