Rasgos esenciales del carnaval navarro fueron la participación popular de gentes disfrazadas, las bromas, cabalgatas, juegos, danzas y cuestaciones de alimentos. Las personas disfrazadas fueron designadas con multitud de calificativos, entre ellos "txatxoak", "txatxu", "mozhorro" (Montaña noroccidental), "maskak" (Valcarlos), "momotxorro" (Alsasua), "momoxarro", "mantajuna" (Urdiáin), "mutxitxarco" (Espinal), "muchurrico" (Añorbe), "txitxila" (Obanos, Artajona), "caratula", "caratulero", "zamarrero" (Navarra media), "cachis, cacherulos" (Tierra Estella), "zarramantas, morrotes, mozorrotes, morrocotáus" (Estella y comarca), "máscaras, mascarutas" (Ribera de Estella), "borreguillos y borregazos" (Lerín, los del domingo y martes, respectivamente), "zaputero, ziputero, zipotero" (Tudela y comarca). La que sigue es una foto del carnaval de Lanz:
El contenido semántico de la mayor parte de esos nombres alude despectivamente a los disfraces, generalmente andrajosos (sacos, arpilleras, ropas viejas, sombreros ajados). Tal circunstancia se debe a que el carnaval callejero tuvo como protagonistas a las clases populares, mientras las "élites" sociales se automarginaban o lo celebraban con bailes en casinos o círculos más reducidos y selectos. (klik egin-ver más) Mikel Burgui, en su blog