El alcalde tudelano Eneko Larrarte ha tildado de "desafortunadas" las declaraciones del alcalde de Donostia, en las que este expresaba su satisfacción por la voluntad de la corporación de la capital ribera para colaborar con el proyecto de capitalidad cultural 2016 y se felicitaba por la "disposición existente en Euskal Herria a trabajar juntos y a sentirnos cercanos". La nota de Larrarte, impregnada en cierta manera del tono habitual del régimen navarro, solicita a Eneko Goia "respeto institucional".
Pero ¿en qué ha faltado el alcalde donostiarra al respeto institucional exigible? Lo que dice Goia para nada compromete al ayuntamiento de Tudela. Bastaba con atribuir dicha apreciación al criterio personal y subjetivo de un alcalde abertzale. Por cierto, también para muchos tudelanos, aunque probablemente no sean mayoría, Tudela es Euskal Herria. Incluso un tudelano franquista, el célebre escritor José María Iribarren, miembro de Euskaltzaindia (Academia de la Lengua Vasca) utilizaba el término "Euskal Herria", que entonces no despertaba prejuicios políticos, para denominar al menos al conjunto de las cuatro provincias. ¿Cómo un donostiarra nacionalista no va a considerar a Tudela como Euskal Herria, con todos los respetos para quienes no lo sientan así? Quizás podía ser evitable en esta ocasión la utilización del término, ¿pero reprochable, por qué? Eneko Larrarte, cuya trayectoria anterior y reciente es digna de todo nuestro elogio, en esta ocasión se ha dejado llevar. Su nota habrá complacido al público de UPN o del PP, por supuesto. Pero no parece congruente con las posiciones de Izquierda-Ezkerra.
Praxku
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