Aurrera bolie era un grito característico que Txomin Iturbe utilizaba cuando jugaba de portero en el Aretxabaleta, y del que tras su muerte en Argelia se apoderó la izquierda abertzale para sus proclamas. El argumento que sirvió a un magistrado de la Audiencia Nacional para dictar una orden de captura internacional contra Iñaki De Juana fue precisamente haber empleado esta escueta frase al final del mensaje escrito que presuntamente envió para ser leído en el homenaje que le hicieron el 2 de agosto del pasado año en la Parte Vieja donostiarra.
Si se entiende por apología del terrorismo el elogio de actos delictivos que a su vez pueden contribuir a la realización de más delitos de similar naturaleza, ¿qué se puede decir de estas pintadas, especialmente dolorosas por lo que suponen de desprecio a los esclavos de Artesiaga cuando por primera vez se les recuerda? Irabazi giñun (vencimos) dicen en euskera baztanés, y dan vivas a Cristo Rey, al igual que los que en el 36 fueron protagonistas del más espantoso acto terrorista cometido en el Estado español en el siglo XX, y al igual que los asesinos de Montejurra en 1976 y demás terroristas del tardofranquismo.
No estamos ante un hecho anecdótico. Esta gente lleva tiempo operando en toda la zona navarra del Bidasoa, con sus pintadas, a veces xenófobas como en Doneztebe, sus amenazas a cargos políticos, su incitación a la violencia y su exaltación del exterminio fascista. Como bien se ha indicado, muy difícil de entender si no es con la condescendencia de quienes en teoría están para que estos hechos no puedan ocurrir.
Praxku
Si se entiende por apología del terrorismo el elogio de actos delictivos que a su vez pueden contribuir a la realización de más delitos de similar naturaleza, ¿qué se puede decir de estas pintadas, especialmente dolorosas por lo que suponen de desprecio a los esclavos de Artesiaga cuando por primera vez se les recuerda? Irabazi giñun (vencimos) dicen en euskera baztanés, y dan vivas a Cristo Rey, al igual que los que en el 36 fueron protagonistas del más espantoso acto terrorista cometido en el Estado español en el siglo XX, y al igual que los asesinos de Montejurra en 1976 y demás terroristas del tardofranquismo.
No estamos ante un hecho anecdótico. Esta gente lleva tiempo operando en toda la zona navarra del Bidasoa, con sus pintadas, a veces xenófobas como en Doneztebe, sus amenazas a cargos políticos, su incitación a la violencia y su exaltación del exterminio fascista. Como bien se ha indicado, muy difícil de entender si no es con la condescendencia de quienes en teoría están para que estos hechos no puedan ocurrir.
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