Desde que el resultado de las elecciones dejó claras las posibilidades e imposibilidades para formar una nueva mayoría parlamentaria, quienes vieron que los números no les salían por ningún lado comenzaron a exhibirse como el partido que había obtenido más escaños, como si eso les diera sin más derecho a formar un gobierno. Quienes así argumentaban hubieran hecho mejor si dejaran de preguntar a los partidos que sostienen al nuevo gobierno qué habían hecho para configurar esa mayoría (suponiendo en ello incluso las peores conspiraciones) y se preguntaran por qué no han sido capaces de hacerlo ellos mismos, qué es lo que les ha impedido gobernar y de qué modo podrían conseguirlo en el futuro. (klik egin-ver más)
Daniel Innerarity, en Diario de Noticias