Era un 24 de febrero, y 'El abrazo', una de las obras más representativas de la Transición, de Juan Genovés, fue testigo en la sala Constitucional del Congreso del acuerdo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera. Los líderes del PSOE y de Ciudadanos firmaban así un pacto con 200 medidas para apoyar la investidura de Sánchez tras las elecciones de diciembre de 2015. Ciudadanos había conseguido en esas elecciones 40 diputados. Por su parte, Podemos -que aún no era Unidas- consiguió 69 diputados (71 si sumamos los dos de IU). Pese a eso, Sánchez se tiró a los brazos de Rivera, en parte por las presiones recibidas por el Ibex 35, tal y como él mismo reconocía tiempo después en un programa de TV.
El PSOE siempre ha tenido como preferencia a C's, y así lo muestran los pactos preferenciales que tuvo a nivel autonómico y municipal, hasta que Rivera decidió cambiar de estrategia, con la ambición de convertirse en el jefe de la derecha, no conformándose con tener un partido que podía gobernar, que era para lo que estaba creado C's como dijo aquel famoso banquero. El resultado de esa estrategia es bien conocida por todo el mundo. C’s quedó reducido a la marginalidad e hizo que el PSOE tuviera que abandonar ese plan, y girar a lo que es la alianza natural progresista: un gobierno de coalición PSOE-UP.
Dina Bousselham, en La Última Hora