El escritor José Saramago, Premio Nobel de Literatura, fallecido ayer a los 87 años en Lanzarote, apoyó al desaparecido colectivo Elkarri prácticamente desde sus inicios. Una de sus aportaciones más mediáticas fue la creación en 2005 de una obra conjunta realizada junto al pintor Antoni Tàpies. Éste aportó una obra gráfica sin título y Saramago el texto Esperanza inagotable, y se distribuyeron copias limitadas a favor del movimiento que coordinaba Jonan Fernández. "La humanidad no es una abstracción retórica, es carne sufriente y espíritu en ansia, y es también una inagotable esperanza. La paz es posible si nos movilizamos para conseguirla. En las conciencias y en las calles", rezaba su escrito.
También colaboró con Lokarri y Baketik, el Centro por la Paz de Arantzazu que también dirige Jonan Fernández. En octubre de 2006 ofreció allí, en calidad de miembro del comité asesor, una rueda de prensa en la que defendió la educación para evitar los conflictos violentos.
Le vamos a echar mucho de menos. Me da pena que no vaya a poder ver la paz en Euskal Herria, con todo lo que nos ha ayudado. Si lo conseguimos, nunca olvidaremos que lo habremos conseguido gracias a personas como él.
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