Si crees que has descubierto la solución del jeroglífico de las tres de la mañana, te equivocas y no, no vas a ganar una PlayStation. También patinas si crees que te hace un gran favor el teleoperador que desvía tu llamada al restaurante cuyo número habías solicitado. Y aunque te parta el corazón, tampoco es probable que ligues con docenas de personas en el número de teléfono que aparece en pantalla. Sí puedes insultar por SMS a Julián Muñoz y a Zapatero en el late night de los viernes, pero poco más. El único milagro que puede obrar tu teléfono es añadir céntimos a la cuenta de resultados de esa multinacional que te manda una larga carta a principios de cada mes. (klik egin-ver más)
Diagonal
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