martes, 7 de abril de 2009

SOCIALISMO NAVARRO: ENTRE LA INDIFERENCIA Y LA INVISIBILIDAD

Hay una edad en los hombres, particular e intransferible, en la que uno no es que sea indiferente a los ojos y miradas femeninas, es que ya resulta invisible. Pues bien, el socialismo navarro viene padeciendo, de forma voluntaria, pese a su empeño denodado en aparentar todo lo contrario, el síndrome de Bartleby, que sin querer pecar de pedantería literaria es desarrollado por Vila-Matas en su célebre Bartleby y compañía. En este texto, Vila-Matas narra varias historias de escritores que llegaron al silencio por la convicción de que no tenían nada que decir, o quizás no les quedaban ideas. Otros escribieron pero luego destruyeron su obra. Algunos llegaron al silencio absoluto, o sea, al suicidio. Otros, en su afán de pasar desapercibidos y despreciando toda notoriedad, llegaron a cambiar de nombre y se hicieron pasar por otros. Es decir, buscaron la invisibilidad.
Al socialismo navarro le pasa algo parecido. Es invisible por convicción e indiferente por imposición. Y es que el silencio, la indolencia o la negación ante la realidad se imponen como una inevitable profilaxis en la sede socialista. Como si en este mundo de inercias incontrolables, contradecirse fuera el único movimiento que los socialistas saben hacer. Y es que tal vez, no es que ya no vean la realidad tal cual se muestra, es que quizás le tengan miedo. Por eso cavan trincheras donde esconder la cabeza. (klik egin-ver más)
Paco Roda (en Rebelión)

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