La situación generada tras la puesta en libertad bajo fianza de Mª Victoria Pinilla, y conocerse su intención de reincorporarse a su puesto de alcaldesa de La Muela, es gravísima e incomprensible para toda la ciudadanía aragonesa, entre la que me incluyo. ¿Cómo es posible que una persona imputada por delitos de corrupción pueda volver a ocupar el cargo público desde el que supuestamente cometió dichos delitos? Que la Ley lo permita no significa que sea admisible desde el punto de vista social y político.
La salud democrática exige que Pinilla deje de ser alcaldesa cuanto antes. Y esto solo puede ocurrir si dimite, si los concejales que la apoyan secundan una moción de censura o si se disuelve el Ayuntamiento. Las dos primeras soluciones parecen harto difíciles, pero no la tercera, a pesar de las resistencias del Gobierno de Aragón y de los partidos que lo componen, PSOE y PAR, que están demostrando una tibieza inadmisible en todo este asunto, haciendo como que no va con ellos. Marcelino Iglesias ya se ha negado una y otra vez a comparecer en sede parlamentaria para explicar las responsabilidades de cargos de su Gobierno y de la Administración aragonesa en las autorizaciones que han permitido actuaciones irregulares en La Muela. ¿Por qué se niega ahora a asumir la responsabilidad de hacer lo que está en su mano para resolver la vergonzosa situación en la que se encuentra el municipio? (klik egin-ver más)
Nieves Ibeas, presidenta de CHA y diputadas en las Cortes de Aragón
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