Videla, Menéndez y un buen número de oficiales de la cadena de mando de la dictadura argentina fueron ayer condenados a cadena perpetua por algunos de sus crímenes, por los pocos que se han podido probar. Ahora, cada uno a su celda.
La noticia fue acogida con emoción por los familiares de sus víctimas. Una lección de igualdad que nos brinda un país al que muchos miran por encima del hombro desde otro en el que solo existe una clase reconocida de víctimas y otra de victimarios y los criminales del 36, del franquismo, de la transición, del felipismo y del aznarismo son todavía respetados y venerados. (klik egin-ver más)
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