El miércoles 23 se cumplen treinta años del conocido como 23-F, aquella inmensa chapuza donde se dieron la mano dos ambiciones. La de los militares y guardias civiles cuarteleramente golpistas y la de un rey obsesionado por aupar al general Alfonso Armada, su antiguo preceptor, como presidente de un extraño gobierno de militares, civiles y gentes varias conjuradas para echar atrás el incipiente estado autonómico pactado por el presidente Suárez con los nacionalistas vascos y catalanes. A esto se le unía la locura de una ETA que el año anterior había matado a 118 personas. (klik egin-ver más)
Iñaki Anasagasti en su blog
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