Que la Caja de Ahorros de Navarra desaparece tal y como la hemos conocido en otros tiempos resulta evidente por más que algunos quieran convencernos de que no pasa nada y lo argumenten con la subsistencia de una marca comercial, unos órganos de gestión y una residual obra social. La extinción de las cajas como entidades financieras públicas de ámbito local, sin ánimo de lucro, dedicadas a los pequeños ahorradores y a la financiación de las familias y de las pequeñas y medianas empresas así como al desarrollo regional se inició hace años. Con su expansión fuera de sus ámbitos tradicionales de actuación, tanto territoriales como financieros, con su supuesta despolitización y profesionalización de la gestión que la aleja del control por los ciudadanos y la sitúa en la simple misión de hacer dinero a mayor gloria y ganancia de su cuenta de resultados y de los bonus de sus directivos, con la competencia pura y dura con los bancos privados para hacerse con el mismo mercado. (klik egin-ver más) Miguel Izu, en su blog
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