martes, 5 de julio de 2011

CRÓNICA DE JOSÉ ELADIO SANTACARA DESDE DUBAI


José Eladio Santacara ha vuelto de su viaje de 14 meses por Asia. Llegó el sábado a Carcastillo, donde celebró con un grupo de amigos su regreso. Su última crónica la escribió desde Dubai, uno de los siete emiratos que componen desde 1971 el estado de los Emiratos Árabes Unidos. La opinión que expresa sobre este lujoso destino turístico no es muy favorable:

Quería venir a Dubai para ver esta ciudad tan excéntrica que utiliza el dinero procedente del petróleo en construir edificios de 850 m. de altura o pistas de esquiar en pleno desierto. Tiene una parte yo diría que real, viva, humana, la Dubai antigua con sus tiendas pequeñas, restaurantes, mezquitas, llena de gente como en cualquier otra ciudad árabe ( a pesar de que el 90% de la población es fundamentalmente de la India, Pakistán, Bangladesh o Filipinas), pero el resto (la mayoría) se parece a un decorado de cartón piedra de una película. Muy espectacular, impresionante, tal vez muy bonito, pero pareciendo estar como muerto, sin vida. Es una ciudad donde trabajan los nuevos esclavos del siglo XXI, que carecen de todo tipo de derechos y cuya única meta es estar al menos 3 años (el tiempo mínimo de duración de sus contratos) para hacer un dinero extra antes de volver a sus países de origen. Ni siquiera los nacidos en Dubai obtienen la nacionalidad, y siguen teniendo la de sus padres aunque ni siquiera conozcan su país de origen. En realidad todo este derroche de dinero de fantasía y también de estupidez por que no, me da la impresión de ser una especie de chantaje al que le someten Norteamérica (la gran beneficiada de estas obras) para dejarlos vivir tranquilamente en esta ciudad futurista, que no del futuro (o al menos eso espero).. (klik egin-ver más)

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