
Tal y como explicó la propietaria, a las 9 horas llegaron los albañiles para llevar a cabo el derribo. Ante esto, los vecinos concentrados mostraron resistencia hasta que intervino la Guardia Civil, que pidió que todo pudiese llevarse a cabo de forma pacífica. De esta forma, el matrimonio vuelve a encontrarse en la misma situación que ya se ha visto en tres ocasiones, en las que obtuvo la correspondiente licencia de obra para levantar la tapia. Asimismo, denuncian que la sentencia condenatoria se basa en una ley de 1986, derogada en 2007, y a la persecución de un vecino que les denuncia.
Diario de Navarra
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