Es claro que tomar la decisión de proscribir un ejército nacional es una medida que requiere gran determinación y valor, pero que depende del respaldo del pueblo y sus valores más sagrados. Costa Rica adoptó la proscripción del ejército en 1948, delineando con claridad meridiana la vocación pacifista de su pueblo. Incluso, la Corte Suprema se refirió a la paz como un “valor fundante de nuestra Nación”.
Lastimosamente, este “valor fundante” ha venido sufriendo duros embates por parte de las autoridades costarricenses, incluso vaciando de contenido y propósito el hito de la abolición del ejército en este país de paz. Hasta el año 2003, Costa Rica fue referente indiscutible de paz, tanto en la vida social así como eje del actuar gubernamental. A partir de ahí, y con evento de la invasión a Irak, la guerra también comenzó aquí, pero contra la paz misma. (klik egin-ver más)
Luis Roberto Zamora (en Programa de las Américas)
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