miércoles, 15 de agosto de 2012

MINISTRO EPISCOPAL

La Iglesia parte siempre de la univocidad de la verdad. Se siente su poseedora absoluta sin posibilidad de que nadie le discuta ese dominio que le viene nada menos que del único Dios verdadero y de la fuente del derecho natural. Pero se da la paradoja de que no es Dios o la naturaleza quien deposita la verdad en la Iglesia, sino que es la Iglesia la que fabrica la verdad y asigna su origen a la divinidad o al derecho natural.
Naturaleza y Dios son así los depositarios de un pensamiento construido por la Jerarquía a lo largo de los siglos que busca un respaldo autoritario más allá de sus mandatarios. Por eso cuando a la Jerarquía se le pide que muestre el fundamento de muchas de sus normas nos remite, no a lo que debía ser la fuente de la revelación, sino a la tradición, entendida ésta como la vigencia de una creencia o práctica impuesta a lo largo del tiempo sin autocrítica alguna. (klik egin-ver más)
Rafael Fernando Navarro, en su blog Marpalabra

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