Dicen tantas
cosas los políticos, que algunas de las importantes se pierden entre el barullo.
Por ejemplo, lo que avisó el presidente Feijóo este
día en Madrid de que el que se juega Galicia es un Gobierno del PPdeG u otro del
PSdeG con el BNG y con YO, con lo que implícitamente
puso el foco don Alberto en las posibilidades reales
de que la alianza de Xosé Manuel Beiras con Yolanda Díaz no sólo logre escaños, sino que sea llave para
la mayoría. El caso es que regresa Beiras a la
primera línea y pasan cosas, se ilumina el territorio de la política, mucha
gente se ilusiona y la oferta electoral del líder más carismático del
nacionalismo gallego desde Castelao aparece ya en las
encuestas con fuerza suficiente para tener escaños en el Parlamento que saldrá
de las urnas del 21-O. Está por ver el peso real del
tándem de los irmandiños con Izquierda Unida,
encabriado con la contribución de pequeñas formaciones nacionalistas y
progresistas, pero es incuestionable que la irrupción de la Alternativa Gallega
de Izquierda enriquece la campaña y garantiza el hemiciclo del Hórreo más plural
desde el comienzo de la era de la pax fraguista. Si algo tiene Beiras
es que nunca engaña, que habla siempre claro y con el corazón -por eso es el
político al que mejor entienden los ciudadanos- y que siempre piensa en Galicia.
Su reto no es robarle votos a Pachi Vázquez y la
Jorquera, sino convencer los millares de indignados
que quieren quedar en la casa de que merece la pena ir a votar el 21-O. Entra en la campaña el factor Beiras. Los gallegos decidirán hasta dónde quieren que
influya.
El Correo Gallego
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