Bajamos nuevamente al camino de Macocha. Al llegar al piso asfaltado, nos acercamos al puente para contemplar el río. A Juanjo se le ilumina la cara. El cauce se ha recuperado. Tiene dudas de que también lo haya hecho la pesca, pero si hay río, lo demás viene casi sólo.
La belleza de los sotos que disfrutamos hace tres semanas ha desaparecido. Se ha pasado ese tiempo mágico en el que los árboles empiezan a mudar el color. Ahora todo es más gris y frío. Estamos en el umbral del invierno (klik egin-ver más)
Tafalla a Pie
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