El Colegio Público de Santacara ha cumplido 50 años de existencia. Una cuidada reconstrucción de la escuela al uso de la época ha servido de marco del festival conmemorativo. Los viejos e incómodos pupitres de madera con su tintero incorporado, los imprescindibles secantes, el crucifijo, el mapa de España que consideraba a Albacete como parte de la región murciana, la hucha del Domund, las faldas y puntillas de las niñas o los juegos del corro de las patatas o del chorro morro.
Entrañable, pero a la vez muy amargo recuerdo. De un modelo educativo basado en el miedo, en el autoritarismo, en la jerarquía y en el sexismo. De inaguantables cantinelas de las que no entendíamos nada. De la memorización forzosa de episodios trucados -Viriato, Don Rodrigo, Agustina de Aragón, Franco vencedor del comunismo-. Tiempos de dogmatismo y oscurantismo. Cierto es que su recuerdo nos ha hecho al menos pasar ratos divertidos. Hasta que ha llegado a la cartera de Educación un neofranquista como Wert. La risa vuelve a convertirse en miedo.
Praxku
(Fotografía: Ahora Zona Media)
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