Lo que queda de la construcción, viendo los destrozos que ha ocasionado el agua en caminos y carreteras, se mantiene milagrosamente en pie.
La hierba está empapada y no encontramos asiento en seco en el carasol, así que decidimos buscar otro sitio para almorzar.
El espacio que ocupa el Gurrutxo nos aviva la imaginación. Pensamos en este lugar con bancos y árboles. Como el acceso de la carretera de Artajona es fácil, sería bonito un "centro de interpretación de la naturaleza" con paneles que explicaran a paseantes, escolares y turistas, cómo se restauró el Gurrutxo, qué utilidad se le daba antaño y cuál es la flora y fauna de este reducto de monte bajo tafallés. Soñar no cuesta nada. (klik egin-ver más)
Tafalla a Pie
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