Esa bomba de relojería que es el caso CAN ha producido una de sus principales explosiones -la de las dietas no será la última- en las vísperas del decisivo congreso de UPN. La batalla encarnizada que libraban pueblo a pueblo Barcina y Catalán puede verse ahora atenuada por la necesidad mutua de no hundir al partido. Pero el proceso tiene un punto incontrolable: el domingo no deciden delegados, sino la afiliación al completo. (klik egin-ver más)
Aritz Intxusta, en GARA
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