La profusión, especialmente en los medios de comunicación y en los últimos años, de valoraciones radicales y del todo contrapuestas sobre la Segunda República, ha hecho que se haya difundido entre la opinión pública la idea de que ese período histórico constituyó un todo unitario. Sin embargo, la realidad es que en los cinco años y tres meses que duró la legalidad republicana existieron etapas muy diferentes entre sí. Además, el rigor, el carácter transformador que se suele predicar del período republicano sólamente es cierto para el período inicial, para sus dos primeros años y medio (de abril a 1931 a noviembre de 1933), así como para sus últimos cinco meses, si bien en esta última fase con una crispación. (klik egin-ver más)
Fernando Mikelarena
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