Los últimos acontecimientos vividos en el convento de los Franciscanos de Olite han dejado la comunidad de frailes reducida a dos personas, cuando hace solo media década el gran cenobio olitense albergaba a cientos de “coristas” o estudiantes de Filosofía y Teología, con sus correspondientes profesores.
Recientemente ha dejado Olite por enfermedad el que hasta ahora era el Guardián (abad) Manuel Albizu, que ha sido trasladado a Arantzazu, circunstancia que prácticamente ha coincidido con la muerte de Félix Ibáñez, que llevaba gran parte de la intendencia del convento. La comunidad ha quedado reducida al padre Agustín, que tiene que hacer frente a todas las obligaciones, y un lego. Carmelo Ajuria, muy conocido en Olite por su labor anterior, podría ser la persona elegida para ser enviada próximamente de refuerzo por los superiores de la orden franciscana.
El Olitense
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