La República Centroafricana (RCA), aquejada por décadas de inestabilidad política, golpes de estado y ascensos al poder manu militari, es la cenicienta de las cenicientas. Con el tamaño de Francia y menos de cinco millones de habitantes, con una de las expectativas de vida más bajas del mundo, de 48 años, y uno de los países más pobres de la región, se enfrenta ahora de nuevo a uno de los períodos más difíciles de su historia reciente, tras el golpe de estado de marzo, acompañado de saqueos, robos e incidentes violentos. La estabilidad todavía no ha regresado a sus pueblos, como tampoco lo han hecho muchos de los equipos de las agencias de las Naciones Unidas y de ONG a las que los disturbios forzaron a evacuar el país. La mayoría de la población centroafricana, por el momento, ha quedado abandonada a su suerte. (klik egin-ver más)
José Antonio Bastos, presidente de Médicos Sin Fronteras de España (en Huffington Post)
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