En aquel verano de 1936 no hubo fiestas.
El sábado diecisiete, a las siete y media de la tarde, recordaremos aquella noche tan trágica como importante para la historia de Buñuel. Desde la residencia y cruzando el pueblo por sus calles más antiguas, pasaremos por algunas de las casas de donde se sacaron personas a la muerte.
Noche de criminales que arrancaron vidas sin piedad. Manos criminales que no supieron de misericordia. Pueblo criminal si se niega a recordar a sus inocentes.
El Ayuntamiento de Buñuel sigue sin reconocer estos hechos y sin obrar en justa consecuencia.
Buñuel, verano de 1936. (klik egin-ver más)
Pedro José Francés, en Facebook
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