Parece que el diablo metió la cola en la visita papal a Brasil. Al menos para manipular mensajes y cifras que inundaron la prensa mundial. Por lo pronto, la enorme concentración del domingo 28 de julio pasado no fue "a maior do mondo" ni tampoco reunió a tres millones de personas. Hace casi veinte años, en 1995, el Papa de entonces juntó en Manila más jóvenes que Francesco ahora. Además, según una consultora de las más consideradas del país, en el terreno ocupado por la multitud el domingo, apenas entrarían un millón de seres, prácticamente apilados unos sobre otros. (klik egin-ver más)
Pablo Rieznik, para Argenpress
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