El 27 de septiembre, por el mundo entero, especialmente en Europa, miles de antifascistas se lanzaron a la calle para protestar por la horrible barbaridad del régimen. Como acto de desagravio y de afirmación franquista, Franco convoca un acto en la Plaza de Oriente. Ésta, llena de uniformes falangistas, de brazos en alto, de banderas rojigualdas y aguiluchadas, de pancartas y gritos de exaltación del terror fascista, está presidida, desde el balcón del Palacio de Oriente, por Franco y el entonces príncipe de Asturias, el actual rey Juan Carlos I. Nunca se le ha ocurrido pedir perdón por esa presencia ni explicar los motivos que le llevaron a ella. No puede. (klik egin-ver más)
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