Me ha gustado la comparación que el periodista británico Owen Jones ha escrito en un artículo para denunciar la hipocresía con la que las autoridades políticas abordan el fenómeno de las drogas. El periodista del diario The Independent constata con ironía que hay más posibilidades de que los políticos británicos hayan fumado maría que de proponer su legalización. ¿Alguien lo duda? Por eso es excepcional la decisión de Uruguay de legalizar y reglamentar la producción y venta de marihuana, una medida impulsada por un político también excepcional, al que no se le ha subido el poder a la cabeza y gobierna con los dos pies en el suelo. El paso de José Mujica es valiente y, sobre todo, necesario. Ya era hora de que alguien diera un golpe de timón en la estrategia sobre las drogas. La política prohibicionista ha fracasado de manera estrepitosa, con gravísimas consecuencias para todos en general pero particularmente para las poblaciones más expuestas a la acción del narcotráfico. Centroamérica es el ejemplo más elocuente. Criminalidad, muerte y degradación es el resultado de esta estrategia que organismos como la ONU parecen empeñados en sostener pese a todas las evidencias que aconsejan otra manera de abordar el fenómeno. Su responsable en esta materia, Raymond Yans, ha lanzado una crítica durísima contra el pequeño país sudamericano, al que acusa de actuar como un pirata. De lo que no parece darse cuenta el tal Yans es de a quién aplauden los capos de la droga. ¿O sí?
E. Iribarren, en Noticias de Gipuzkoa
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