Barcina dijo ayer que el Gobierno de Navarra cumplirá, "como siempre", la sentencia del Tribunal Supremo sobre la concesión de licencias que benefició a las emisoras Radio Universidad de Navarra y Net 21. Hombre, como siempre no. Si el ejecutivo foral hubiera cumplido las sentencias que, en el mismo sentido que el Supremo, ha dado por dos veces el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, él mismo habría ahorrado a los contribuyentes una pasta en litigios, Euskalerria Irratia llevaría años disfrutando de su merecida licencia de radio y UPN habría mitigado, aunque sea una pizca, su impresentable imagen de hooligan antieuskaldun, por mucho que esto último le preocupe tan poco. Se habría ahorrado además este revolcón judicial que pone en entredicho a dos presidentes, varios consejeros y un no despreciable número de cargos públicos del partido regionalista. Si Barcina, pues, dice que el Gobierno de Navarra cumplirá, "como siempre", la sentencia de marras, tal vez nos está avisando de que sus brillantes asesores están una vez más estudiando cómo poner en marcha la ingeniería jurídica necesaria -especialidad de la derecha- para intentar hacer exactamente lo contrario de lo que parece afirmar nuestra presidenta, es decir, pasarse por el arco del triunfo el fallo judicial, tal como UPN ha hecho hasta hora con los anteriores. Dado el sectarismo, la contumacia y la obcecación con la que el Gobierno de Navarra ha actuado durante 25 años con Euskalerria Irratia, tenemos sobre la mesa datos suficientes para saber que, si pudieran, continuarían el litigio en el Constitucional o en el mismo Estrasburgo, así arruinaran Navarra con ello. Parece que esa vía la tienen cerrada, pero no es descartable cualquier pirotecnia de última hora. Aquí prevaricar sigue saliendo barato.
Aingeru Epaltza, en Diario de Noticias
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