Las armas pueden callar de un día a otro pero la paz verdadera y, sobre todo, la reconciliación, pueden tardar mucho en llegar. Casi 15 años después de que se alcanzaran los acuerdos de Viernes Santo del 10 de abril de 1998, las cinco fuerzas parlamentarias de Irlanda del Norte fracasaron en la madrugada del 31 de diciembre en su intento de lograr un acuerdo en tres flecos que siguen pendientes desde entonces: el problema de las tradicionales marchas protestantes, la llamada guerra de las banderas y la herencia del pasado, como los asesinatos por los que nadie ha sido juzgado. (klik egin-ver más)
Walter Oppenheimer, para El País
No hay comentarios:
Publicar un comentario