En los mayores fórums de reflexión financiera y económica en España existe una actitud casi reverencial hacia el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sus informes se leen con gran detalle y sus recomendaciones se toman muy en serio. El FMI es, se mire comose mire, una de las instituciones financieras internacionales que tiene mayor influencia en los círculos mediáticos y políticos en España, donde la sabiduría convencional se genera, reproduce y promociona.
Conozco bien el FMI. La The Johns Hopkins University tiene varios campus en Washington, donde está ubicada la sede del FMI, y conozco a muchos de sus profesionales, con los que coincido en congresos, seminarios y sesiones profesionales. Y siempre me ha sorprendido el gran respeto que origina el FMI en los círculos mediáticos y políticos españoles. Y mi sorpresa deriva de que el nivel técnico de sus trabajos es, por lo general, y con notables excepciones, de muy escasa calidad (una excepción al nivel de mediocridad es el Departamento de investigación económica que, por desgracia, tiene muy poca incidencia en el desarrollo de las políticas del FMI). Por lo demás, entre los que se llaman “expertos”, hay gran cantidad de individuos formados en centros académicos de EEUU o de Europa bien conocidos por su sensibilidad neoliberal, impermeable a los datos que muestren lo contrario de lo que promueven. Y uno de sus dogmas es el consabido énfasis en disminuir lo salarios (que llaman devaluación doméstica) como manera más eficaz para salir de la crisis financiera y económica. (klik egin-ver más)
Vicenç Navarro, en su blog
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