La presencia de 1.700 policías antidisturbios anteayer en Madrid no auguraba otra cosa que el intento del Gobierno de provocar incidentes con los cuales poder hablar de una jornada de "vandalismo callejero" para oscurecer la magnitud de una protesta social que reunió a cientos de miles de personas. Este vídeo, como otro en el que se ve cargar a la Policía contra la pancarta del "No pasarán" esclarece de dónde partieron las provocaciones. Si el ultracatólico ministro Fernández mintió como un bellaco al explicar lo sucedido en Ceuta, ¿a quién puede extrañar que lo haga ahora? Lo peor de todo es la moraleja que nos quieren aplicar: "legalizadas o no, quien participe en protestas, que se atenga a las consecuencias".
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