Batzarre o Izquierda-Ezkerra (n) deben reforzar su independencia de ambos nacionalismos (y especialmente del nacionalismo-vasco, pues es el que más nos presiona) en el ámbito identitario-nacional, desarrollar sus dinámicas e iniciativas propias, dejar de lado una interpretación errónea de la herencia antifranquista que le ha concedido un valor de superioridad a lo vasco que no se corresponde en valores democráticos o de izquierdas con la realidad actual… Sin que esto perjudique, todo lo contrario, la colaboración, la unidad de acción, la inclusión de todas las ramas del nacionalismo-vasco en la alternativa de cambio o la necesaria unidad de acción con el sindicalismo nacionalista-vasco. Ahora bien, Batzarre e Izquierda-Ezkerra (n) deben ser uno de los motores de la integración y de la convivencia y difícilmente jugarán ese rol, si están subordinados a una de las partes. (klik egin-ver más)
Milagros Rubio y Jesús Urra, en Pensamiento Crítico (marzo 2014)
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