La clausura definitiva, por la escasez de vocaciones, del convento de los Franciscanos de Olite/Erriberri el próximo día 8, señalada festividad de la Inmaculada en la ciudad, va a dar mucho que hablar sobre la influencia que ejercieron sus moradores durante los últimos ocho siglos en la localidad y su Merindad. Ha sido importante la huella histórica, la religiosa, la artística y hasta la económica. Pero una de las aportaciones más singulares ha sido la de convertirse en centro de irradiación de la cultura vasca, y sobre todo del euskera, en la Navarra Meridional, un territorio no especialmente fácil para "lingua navarrorum". (klik egin-ver más)
El Olitense
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