No solo estoy segura de que ese trato que nos propone el Gobierno por boca del ministro de interior es mentira, sino que estoy segura de que, además, es una propuesta indecente.
Aprovecharse de un atentado y jugar con el miedo de las personas para conseguir llevar a cabo un control social inaguantable es inadmisible. Porque, aquí está el truco del trilero, desviando la atención y focalizando la mirada en los muertos, mientras mueven desaforadamente las manos para que parezca que hacen algo a la vista de todos, con nobleza, cuando el objetivo, no es la evitación de la violencia, sino aumentar el propio control policial. (klik egin-ver más)
Ana Ansa
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