
1. Mantener el nombre de la plaza era una vergüenza, y PSN ha sostenido a los gobiernos de UPN que mantenían dicho nombre.
2. Cambiar el nombre era un deber moral. Para mí, además, ha sido todo un honor.
3. Aceptar el nombre mayoritariamente votado en el pleno, aunque no sea el nombre que yo proponía, renunciando a la prerrogativa de nombrar las calles del alcalde, es una cuestión de decencia democrátrica.
Y otra cosa. Tú, yo y quien esto lea sabemos además que, tan solo con que el PSN hubiera tenido un solo concejal más en las pasadas elecciones municipales, ahora mismo el alcalde de Iruñea se llamaría Enrique Maya, de UPN, y la plaza seguiría llamándose Conde de Rodezno 4 AÑOS MÁS.
Un saludo y aquí va tu tuit.
Joseba Asiron, en Facebook
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