Lo más peligroso en política son los grandes enunciados abstractos, es decir, aquellos que constituyen un marco vacío: la gobernabilidad, la estabilidad, la unidad, la eficacia, la centralidad… Por ejemplo, las afirmaciones con que suelen rellenar sus discursos personas como el Sr. Rajoy o el Sr. Rivera. Este último, además de hueco empieza a ser peligroso. De sus doscientas propuestas electorales no hay una sola referida a las necesidades habituales de los ciudadanos normales. Para pasar el contrabando ideológico del Sr. Rajoy el Sr. Rivera habla constantemente de la gobernabilidad, de la unidad de España o de la Unión Europea, de la centralidad política, de la estabilidad. Le preocupan mucho estas cosas, pero las emplea en sus elementales discursos sin aclarar jamás, por ejemplo, que la gobernabilidad consiste en resolver los problemas concretos, y muchas veces básicos, de los españoles, lo que les convierte en contestes del político que se dirige a ellos, es decir, en electores que contribuyen a la pregonada gobernabilidad, que él reduce, por el contrario, a sentarse en la Moncloa y en su caso concreto en llegar a embajador, consejero en alguna gran empresa o a beneficiar un empleo parecido ya sea en la península o en cualquier organismo internacional encargado de la explotación de los terrestres. (klik egin-ver más)
Antonio Álvarez-Solís, en GARA
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