Repudio sin duda el hecho de que dos guardias civiles y sus parejas fueran golpeadas en un bar por el mero hecho de ser quienes son, al margen de que luego este asunto haya tenido versiones muy distintas -unas agigantadas, otras casi de mera anécdota- según quién las haya ido contando, de la misma manera que soy consciente de la hostilidad clara que se profesa en muchas localidades a las distintas policías y de la misma forma que soy consciente de que la misma o parecida hostilidad es la que estas policías profesan a muchísimas personas que viven en esas localidades. Son, por lo general, dos universos cerrados, que o se odian o recelan o no se tragan y que cuando se juntan nunca es para nada bueno y que que no pase nada malo suele ser el único resultado positivo esperable. No es un juicio de valor, es una descripción. Esto no tiene actualmente mucho que ver con ETA, es un asunto social, cultural, un magma de décadas y décadas en el que desgraciadamente se ha vivido por parte de miles y miles y miles y al que aún le resta mucho para cerrarse, en la medida en la que quedan muchos asuntos pendientes, si es que alguna vez se cierra. ¿Defiendo que esto sea así? No, es triste que sea así, solo digo que es así, pero por el mero hecho de que sea así no creo que ni Alsasua ni ninguna localidad navarra concreta merezca la que está cayendo desde Madrid por mucho que en sus calles se hayan cometido actos condenables o delictivos por parte de una minoría a unas horas muy concretas y en una situación muy concreta, hechos que, insisto, siendo desagradables y por los que debe pagar quien efectivamente los cometió, no obstante y afortunadamente están a años luz de lo que sucedía hace apenas unos años. Por eso leer que una jueza de Madrid dictamina que lo de Alsasua es terrorismo es insultar a las víctimas o que en Madrid echan de menos el pasado, tan, pero tan doloroso.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias
(I)
ResponderEliminarIr a donde están los odiados porque se les odia y para demostrarles el odio.. Esto si sería una verdad irrefutable de que eso fue así. Pero eso no fue así en Altsasu. Los odiadores no fueron a buscar odiados, sino que los odiados fueron donde estaban los odiadores. ¡Tienen derecho! se dirá… ¿Y al revés?, pregunto. NO. Sería un atentado contra la autoridad, un delito. Mal vamos pues.
Porque nos olvidamos que el odio, como el amor, es libre y quienes dicen no odiar es porque no aman: ¿cómo saber qué es amor sin odio, qué es amargo sin dulce? Poner bajo ley –ley de delito de odio- los sentimientos como los pensamientos como las representaciones artísticas –titiriteros alka-ETA- es en cualquier lugar un síntoma de enfermedad peor que lo que se pretende condenar, el odio. Basta ver quienes nos gobernaron y nos gobiernan -80 años ya-, que corrupción practican y cuanto odio rige su proceder para asumir que esa ley es una pistola en manos de chimpancés: ¿cuántos oidadores de ikurriñas, de independentistas, de vascos, de catalanes, de izquierdistas, de tricolores, de euskera, de ateos……… se han detenido por tal motivo? Ni uno solo. ¿Cuántos episodios hemos conocido de odio contra todo lo que no es la ideología nazional católica del Estado? Incontables.
A veces es bueno sacar las narices de la cuestión concreta y ponerla en la generalidad cotidiana. Si partimos que hay dos grupos que se detestan veremos que estamos ante un asunto que en términos deportivos determinaríamos como los hooligan de dos equipos contrarios que se odian a muerte, no porque cada uno de ellos haya sido o sufrido directamente, que también los habrá, los odios de los otros, sino por haber tomado partido por unos colores y no por otros, lo cual hace que una sola agresión de uno solo de los contrarios se asuma como una agresión generalizada de todos contra todos y viceversa. Pero ser un hincha de un equipo y odiar al contrario no es delito y el día que lo sea mal andaremos. Delito, y tan delito, es matar por odio como por amor y no hay una ley de “delito de amor”. Sencillamente no hacen falta porque hay una ley que dice que matar es un delito y da igual que sea por odio, amor o por robar. Estos sólo son los motivos y no hay una ley que persiga los motivos, el deseo, el desear, el querer lo que no se tiene (salvo en los fascismos) …..porque las leyes están para perseguir el cómo se obtiene y satisfacen los deseos y los sentimientos: por odio no puedo violar a una mujer pero por amor tampoco; por odio no puedo matar al adversario pero por odio si le puedo vencer ganándole en un deporte, competición u otra forma no delictiva ni penada; por odio me puedo alegrar de su muerte o desearla...y no es delito ni puede serlo. Y como ya está dicho: gracias al odiar, también sabemos qué es amar.
Siguiendo con la fábula deportiva adaptada a los acontecimientos de Altsasu, tenemos, pues, dos equipos enfrentados y por tanto presuponer que sólo uno odia y el otro es todo amor es propio de irreflexivos y de los que pretenden arrimar el ascua a su sardina: Madrid…. Pero lo peor es que uno de los equipos además de ser equipo contrario es árbitro y dicta las reglas de juego. Por tanto, sólo los más despistados o los más taimados podrán mantener que el partido será justo y limpio. Y esta es la reflexión que nadie se hace: ¿puede un cuerpo policial que odia a la población donde esta ser un cuerpo policial de esa población?... Porque lo que está claro es que la población es la legítima habitante de su espacio, la que siempre ha estado. Son los militares, los forasteros, los que vienen y se van sin que nadie haya demostrado cómo vienen o cómo no vienen: odiando a los vascos, a los independentistas, a la ikurriña al euskera….
(II)
ResponderEliminarFuera de territorio vasco acontece lo mismo y son incontables los casos y las riñas que poblaciones muy españolas en la que no hay “nacionalismos periféricos” reaccionan igual ante el abuso policial, la presencia policial y el acuso policial: Gamonal en Burgos fue buen ejemplo de ello, e innumerables barrios deprimidos en Sevilla, Valencia, Madrid, Cádiz…..que suelen tener frecuentes altercados con la policía. ¿Será pues por odio?. La pregunta trampa que los tramposos y corruptos que nos gobiernan prefieren hacer tótem para ocultar su forma totalitaria de imponer su gobernar y su incapacidad manifiesta de resolver ningún problema social: porque no les da la gana, porque están para lo que están… No. Es por lo mismo que en cualquier lado: porque a nadie le gusta que le pongan uniformados con pistola a imponer u obligar hacer cosas que, además, sólo son delitos e ilegitimas en dictaduras.
La GC es una policía política que no está donde está para defender los derechos constitucionales de los ciudadanos. Es una policía política que está para defender cosas que sólo se pueden defender si en Altsasu estuvieran acantonadas tropas extranjeras, cosa que no ocurre. Es una policía política porque toma posicionamiento político sobre asuntos políticos que difieren de los de la población. La población tiene derecho a manifestar sus deseos de construir una EH unida e independiente de la misma forma que tienen derecho a negarse a una central nuclear, a un vertedero de residuos tóxicos o a cualquier otro deseos o demanda o negativa popular. Y la policía está para hacer posible que sus reivindicaciones político-sociales puedan ejercerse y no para despotricar contra ellas y contra quienes las defienden.
Quienes imponen la presencia de tal policía máxime cuando Navarra ya dispone de policía propia que puede perfectamente asumir el cometido policial necesario en la zona sin necesidad de apoyo de la GC, están diciendo alto y claro que la GC en Altsasu no es un policía para los ciudadanos sino contra los ciudadanos: es una policía política
Ciertamente “quedan muchos asuntos pendientes” que de resolverse serían letales para la GC porque tendría que asumir y penar por graves vulneraciones de DDHH que ha cometido y sigue cometiendo: ahí donde hay nacionalismos periféricos y donde no, sobretodo donde no. Y cada cual deberá ponerse la mano en el pecho: gobierno de Navarra, partidos políticos, agentes sociales, medios de comunicación…. Y reconocer cuán responsables hemos sido de permitir la impunidad que ahora, encima, nos sermonea. Porque si estamos a “años luz” es sólo de una violencia, pues de la policial, las páginas de los periódicos nos lo muestran a diario, seguimos recibiendo noticias espeluznantes. Otra cuestión que nos debería hacer meditar sobre la responsabilidad de cada cual de que esto siga ocurriendo.
Y de “insultar a las víctimas” –¡no sé de qué nos extrañamos!-, mejor si hablamos de una constante habitual practicada desde el Poder gobernante, las propias victimísimas de ETA (o sus asociaciones) que reclaman a las instituciones “no reconocer ni homenajear” , el 99% de los Mass media….. tenaces humilladores y pisoteadores todos ellos de las víctimas de todo ese mayor terror impune y todavía vigente que no es ETA y que fue y es la causa y los verdugos de todas esas otras víctimas que siguen en cunetas, de tierra, de olvido, de humillación…. Otra prueba de que el odio existe y no es delito según para quien, porque: NO TODOS SOMOS IGUALES ANTE LA LEY…. que ya no es ley sino otra cosa.
(I)
ResponderEliminarIr a donde están los odiados porque se les odia y para demostrarles el odio.. Esto si sería una verdad irrefutable de que eso fue así. Pero eso no fue así en Altsasu. Los odiadores no fueron a buscar odiados, sino que los odiados fueron donde estaban los odiadores. ¡Tienen derecho! se dirá… ¿Y al revés?, pregunto. NO. Sería un atentado contra la autoridad, un delito. Mal vamos pues.
Porque nos olvidamos que el odio, como el amor, es libre y quienes dicen no odiar es porque no aman: ¿cómo saber qué es amor sin odio, qué es amargo sin dulce? Poner bajo ley –ley de delito de odio- los sentimientos como los pensamientos como las representaciones artísticas –titiriteros alka-ETA- es en cualquier lugar un síntoma de enfermedad peor que lo que se pretende condenar, el odio. Basta ver quienes nos gobernaron y nos gobiernan -80 años ya-, que corrupción practican y cuanto odio rige su proceder para asumir que esa ley es una pistola en manos de chimpancés: ¿cuántos oidadores de ikurriñas, de independentistas, de vascos, de catalanes, de izquierdistas, de tricolores, de euskera, de ateos……… se han detenido por tal motivo? Ni uno solo. ¿Cuántos episodios hemos conocido de odio contra todo lo que no es la ideología nazional católica del Estado? Incontables.
A veces es bueno sacar las narices de la cuestión concreta y ponerla en la generalidad cotidiana. Si partimos que hay dos grupos que se detestan veremos que estamos ante un asunto que en términos deportivos determinaríamos como los hooligan de dos equipos contrarios que se odian a muerte, no porque cada uno de ellos haya sido o sufrido directamente, que también los habrá, los odios de los otros, sino por haber tomado partido por unos colores y no por otros, lo cual hace que una sola agresión de uno solo de los contrarios se asuma como una agresión generalizada de todos contra todos y viceversa. Pero ser un hincha de un equipo y odiar al contrario no es delito y el día que lo sea mal andaremos. Delito, y tan delito, es matar por odio como por amor y no hay una ley de “delito de amor”. Sencillamente no hacen falta porque hay una ley que dice que matar es un delito y da igual que sea por odio, amor o por robar. Estos sólo son los motivos y no hay una ley que persiga los motivos, el deseo, el desear, el querer lo que no se tiene (salvo en los fascismos) …..porque las leyes están para perseguir el cómo se obtiene y satisfacen los deseos y los sentimientos: por odio no puedo violar a una mujer pero por amor tampoco; por odio no puedo matar al adversario pero por odio si le puedo vencer ganándole en un deporte, competición u otra forma no delictiva ni penada; por odio me puedo alegrar de su muerte o desearla...y no es delito ni puede serlo. Y como ya está dicho: gracias al odiar, también sabemos qué es amar.
Siguiendo con la fábula deportiva adaptada a los acontecimientos de Altsasu, tenemos, pues, dos equipos enfrentados y por tanto presuponer que sólo uno odia y el otro es todo amor es propio de irreflexivos y de los que pretenden arrimar el ascua a su sardina: Madrid…. Pero lo peor es que uno de los equipos además de ser equipo contrario es árbitro y dicta las reglas de juego. Por tanto, sólo los más despistados o los más taimados podrán mantener que el partido será justo y limpio. Y esta es la reflexión que nadie se hace: ¿puede un cuerpo policial que odia a la población donde esta ser un cuerpo policial de esa población?... Porque lo que está claro es que la población es la legítima habitante de su espacio, la que siempre ha estado. Son los militares, los forasteros, los que vienen y se van sin que nadie haya demostrado cómo vienen o cómo no vienen: odiando a los vascos, a los independentistas, a la ikurriña al euskera….