Un pueblo de apenas 7.500 habitantes ha reunido a más de 2.000 personas que han rechazado «el montaje policial y mediático» producido tras los hechos del pasado fin de semana y han denunciado la «asfixiante» presencia de la Guardia Civil en Altsasu.
La movilización ha transcurrido sin incidentes. El único momento de tensión se ha producido con la aparición de Consuelo Ordóñez junto a tres personas, portando carteles de «Fuera odio». Segundos antes, los convocantes han advertido de que «no se debe caer en la provocación».
Durante la marcha, se han coreado lemas como «Alde hemendik, utzi pakean», «Herriak ez du barkatuko» o «Torturatzaileak kanpora».
Asimismo, se ha criticado el papel jugado por la mayoría de los medios de comunicación, que desde un primer momento dieron por buena una versión de los guardias civiles que se ha desmontado con la declaración de la pareja de uno de ellos ante la Policía Foral.
naiz.eus
(I)
ResponderEliminarComo en el pasado asistimos a la mentira de “demócratas contra violentos”, lacitos azules y Gesto por la Paz, hoy continuamos cómodos –al parecer- bajo la corrupta ética con la que desde la gobernanza y medios de información –más bien de contaminación y desinformación y adoctrinamiento- social, sean estos públicos o privados, nos fumigan sin descanso defendiendo siempre a un bando incondicionalmente, el “constitucionalista”, y abiertamente contra todo y todos los demás sean cuales quiera que sean. Basta disentir en algo del Régimen corrupto montado en la transición –los de la casta- para ser literalmente ametrallados sin piedad y sin poder repeler la agresión porque: a ver quién cuenta con un potente medio de estos fuera del Poder.
Si hemos asistido al encarcelamiento metafórico o literal de titiriteros, tuiteros, foreros, escracheros, manifestantes, protestantes, denunciantes, opositores, disidentes… de toda índole y por todos los motivos imaginables políticos y civiles, siempre estos han sido del mismo bando: el de los contrarios al Régimen corrupto.. Y como más o menos vino a decir un tuitero: todas sus corrupciones van dejando de ser ilegales mientras que ya casi ninguna queja ciudadana se escapan de ser consideradas terrorismo
Es tal el sometimiento que padecemos que nos cuesta levantar la cabeza y pensar que detrás de la violencia pocas veces está la violencia gratuita, porque sí, sin razones. Y son estas, las razones, las que deberíamos condenar o defender. Nada ha hecho mayor mal a la JUSTICIA y ha beneficiado más a la INJUSTICIA que haber convertido en dogma esa maldita frase de “la violencia deslegitima toda razón”. MENTIRA. La razón nunca es deslegitimada por la violencia. Lo que debemos deslegitimar es el condenar ciego, obligatorio y cual cortina de humo que se usa de cuartada para seguir dejando en la injusticia a la razón. Porque la injusticia siempre ha sido y es motivo de desembocar en violencia y hoy nos dedicamos a combatir y rebatir la violencia pero no la injusticia que la crea, las razones. Y lo que es peor: callamos ante la violencia injusta del Poder porque le otorgamos el grado de “siempre justa” tras haber corrompido el “uso legítimo de la fuerza” por parte del Estado, a la que se le ha desnudado de crítica, denuncia, oposición, rechazo, defensa, castigo y derecho a ser resarcidos de ella.
(II)
ResponderEliminarLa razón o razones nunca pueden ser condenadas a stand bay y dejarlas pudrir porque eso es también violencia que generará más violencia.
Detentar el derecho legítimo a usar la violencia no es lo mismo que tener razón y razones, se puede perfectamente no tenerla y por tanto ya no existe ese derecho que nuestros gobernantes y poderes coercitivos obvian.
Es corrupción y es violencia la permanente estrategia gobernante de dejar la razón y razones de los otros que se corrompan hasta estallar en violencia o sino, desistir.
Es corrupción y violencia y toda una taimada estrategia dejar que las razones justas y legítimas estallen en violencia para así poderlas combatir convirtiéndose el responsable de ella/ellas, es decir, el culpable, el gobierno, el Estado, en todo lo contrario y quien o quienes eran las víctimas, los ostentadores de la razón/razones justas y legítimas, pasan a ser considerados verdugos, violentos, gente a combatir por el Poder gobernante. La ley mordaza es un buen ejemplo de lo que hablo.
Nunca el recurso a la violencia fue más legítimo que ahí donde la corrupción y el gobernar violento son la norma. No se puede exigir al ciudadano, que en el 99% de las veces actúa con paciencia y de forma pacífica, de vez en cuando, harto de tanta injusticia y abuso, no estalle en cólera puntualmente. Y solemos hacer de cosas puntuales y anecdóticas la norma y eso no deja de ser una falsedad.
Ningún ciudadano, por ejemplo, pudiendo pedir, manifestarse, protestar, por la independencia, por el desmantelamiento de un cuartel o central nuclear, prefiere hacerlo de forma violenta que pacíficamente. La violencia estalla cuando a las personas no se la escucha, no se las quiere escuchar ni se las quiere atender porque es mucho más fácil, y Rajoy es el maestro de ello, dejar que las cosas se corrompan para justificar arremeter con violencia y marchamo de legitimidad, pero que ya no lo tiene, contra los que tienen razón y razones.
Ayer en Alsatsu, pese a los provocadores de COVITE, demostraron que saben y prefieren ejercitar el derecho pacifico de protesta. Es deber del gobierno cercano, el autonómico, escuchar las reivindicaciones ciudadanas y darles salida. Quienes se oponen a ello son los violentos. LOS UNICOS VIOLENTOS.