miércoles, 8 de febrero de 2017

ATXORROTX, NUESTRAS TERMÓPILAS

Atxorrotx fue importante en nuestro pasado por varias razones. De entrada, porque controlaba la ruta que atravesaba los montes, de la meseta peninsular hacia el mar y hacia Europa. Fue el camino principal durante milenios, y por este motivo se convirtió en el paso de las Termópilas de la montaña vasca. Distintas batallas lo atestiguan; la emboscada del guerrillero ‘Dos Pelos’ al ejército francés, con las fuerzas del ‘corso terrestre’, de Espoz y Mina, durante la francesada; el intento de los generales liberales Córdoba y Espartero de derrotar a los carlistas de Egia, durante las Carlistadas; la cercana batalla de Albertia, entre el Eusko Gudarostea y las fuerzas de Mola, en el 36. Si conociéramos nuestra historia, como los griegos la suya, Atxorrotx tendría su epopeya.
Pero el castillo de Atxorrotx es importante como lugar de memoria por razones de mayor transcendencia. Gipuzkoa no existía antes de la conquista del año 1200. Castilla atacó a Navarra y le arrebató su territorio occidental: la parte marítima y la Llanada. Esta ocupación es el origen de la fractura básica entre la tierra vasca (en lo sucesivo ya no navarra) y la navarra (tal como hoy se entiende; aunque siguiera siendo vasca). Lo que hoy, en versión navarrera, se describe como distinción entre vascos y navarros.  (klik egin-ver más)
Ángel Rekalde, en Nabarralde

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