El titular no es tan impactante como las querellas contra dirigentes independentistas o como la irrupción de la Guardia Civil en el Parlament, pero la amenaza que ayer llegó a Catalunya desde Madrid no es menor, ni mucho menos. Con las vías de financiación exterior vetadas y con una capacidad mínima de recaudar impuestos propios, la Generalitat depende del Estado para financiar todos sus gastos. Lo hace a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), que no son sino créditos que luego la Generalitat devuelve al Estado con intereses.
Consciente de la debilidad financiera de la Generalitat, el Consejo de Ministros decidió ayer exigir al Govern que presente semanalmente certificados que demuestren que no se ha gastado ni un solo euro en la organización del referéndum del 1 de octubre. Si no lo hace, el portavoz del Gobierno español, Iñigo Méndez de Vigo, amenazó con cortar el grifo y dejar a la Generalitat sin liquidez. Es un importante cambio en la estrategia del Estado –y un síntoma de la dimensión que está tomando el 1-O–, ya que hasta ahora habían insistido en que sus acciones se dirigirían exclusivamente contra los dirigentes y cargos independentistas, y no contra el conjunto de ciudadanos, como ahora.
«Ni un euro de los catalanes irá a parar a un referéndum ilegal que solo quieren unos pocos», consideró, a su vez, Méndez de Vigo, ignorando la enésima encuesta que ayer plasmó el ampliamente mayoritario consenso catalán a favor de un referéndum (71,4%).
Beñat Zaldua, en GARA
Ya nos dejó escrito Ortega y Gasset hace casi 100 años que nada había más separatista en la política española que la monarquía, la iglesia y el ejército... todos estos estamentos nunca se preocuparon más que de sí mismos, confundiendo y haciendo creer que los destinos propios eran los de España. Y ahí estamos todavía. Tras la gran matanza iniciada en el 36, tras la transición de la impunidad, estamos bajo una precaria democracia "atada y bien atada" porque se ha asentado sobre los principios ideológicos del terrorismo nazional católico: indivisibilidad, corrupción, rojigualda, tricornio, cruz y sotana...Poco les importa que la política en libertad está para solucionar problemas no para prohibirlos: las gentes vascas, catalanas... ya eran independentistas antes de redactar la constitución y la constitución en vez de recoger la realidad existente en España, la negó y continuó con la visión imperial y colonial de una España más inventada que real y que si alguna vez lo fue, ya no lo es y empeñarse en mantener ilusiones vanas hace que la vida nacional española sea lo que viene siendo en los últimos 100 años: totalitarismo e imposición… Si nos diéramos cuenta de que el o los problemas no son los llamados “nacionalismos periféricos”, los rojos, los ateos… sino los rojigualdos: los nazional católicos, los del PP, los parásitos aferrados al Estado cuya estructura sigue siendo ideológicamente franquista… Y que bien viviríamos en una España diversa sin estos “constitucionalistas” de cabeza de cartón
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