Una pala excavadora ha hallado, por fin, en la localidad de Urdaniz, a 15 kilómetros de Pamplona en la carretera que va a Francia por Roncesvalles, una fosa que puede contener los restos de tres republicanos asesinados en 1936, de la que hace aproximadamente diez años dio cuenta el pastor de Olite Teodoro Esteban Allo y que conoció a través de un vecino que participó en el enterramiento clandestino.
Han tenido que darse muchas carambolas y coincidencias, casi milagrosas, entre distintas personas y lugares para que 81 años después de aquellos asesinatos los huesos allí enterrados, entre la revuelta de Kaskaxu y el río Arga, vean la luz a la espera de que una próxima extracción aporte datos para la identificación de unos restos por ahora anónimos.
Tras años dormido, el asunto lo reactivó a mediados de este mes de agosto Joseba Gutiérrez Vierge y otra gente del lugar empeñada en poner fin a una historia que pesaba en el pequeño pueblo. Joseba contactó con Luis Miguel Escudero, que en 2008 escribió en la revista Meridad cómo a comienzos de aquel año se trasladó con el pastor desde Olite a Urdaniz, unos 60 kilómetros, para señalar el lugar de la fosa.
El Olitense
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