En el origen de lo que está pasando en Catalunya hay diversos errores de diagnóstico. Se equivocan radicalmente quienes pretenden gestionarlo como un problema de legalidad u orden público (aunque ambas cosas sean muy importantes) y no han entendido que es un asunto eminentemente político, que debe ser tratado con la fuerza imaginativa de la razón política, con la creatividad que desconocen los meros guardianes de la legalidad y con la diplomacia que requieren los conflictos especialmente complejos. Ha habido en estos años una explosiva mezcla de ineptitud, pereza y cobardía para aceptar el desgaste de nuestra arquitectura institucional y proceder a las correspondientes reformas. Se siguen manejando conceptos vetustos, incapaces de entender los cambios generacionales que han tenido lugar y algunos parecen además desconocer las lecciones más elementales de psicología colectiva. (klik egin-ver más)
Daniel Innerarity, en La Vanguardia
Nos equivocamos cuando mencionamos a los que no quieren saber nada de referéndum, los elevamos a la mitad de la población y les otorgamos validez política, sobretodo, porque si hiciéramos lo mismos con EUROPA, donde la gran mayoría ciudadana no vota (también por las mismas razones que argumentamos en Catalunya) donde nos gobiernan con muy poco porcentaje electoral haciendo leyes que influyen de manera muy importante y trascendental en nuestras vidas (aunque muchos lo desconozcan) tendríamos que asumir el fracaso europeo. Un fracaso directamente atribuible al nacionalismo de los Estados como España, Francia, Alemania, y no de los nacionalismos llamados periféricos que dudo no sean, precisamente, los que más interesados estarían en esa Europa unida donde pueden ser pequeñas naciones dentro de un gran marco global.
ResponderEliminarY si, la brutalidad intelectual de los de la ideología nazional católica tiene 81 años ya de recorrido así que poco podemos esperar de ellos. Pero lo peor somos todos los que no somos ellos. Porque como aconteció en el 36: el propio gobierno republicano no se dio cuenta de quiénes eran, Europa nos dejó bajo su estratega política de ajedrez y al final ganaron por la desidia e impotencia del resto que por méritos propios. Rajoy, el neo Franco y sus cruzados uniformados, puede que vuelvan a ganar porque sólo ellos tienen pistoleros, jueces y leyes corruptas ad hoc, pero somos todos los demás los que podemos derrotarlos a nada que hagamos. Y desespera la tibieza de los partidos llamados del “cambio” en Navarra, de los partidos independentistas del resto de España, de los partidos republicanistas, de los partidos de progreso e izquierdas, de los partidos autonomistas.. jugando a nadar y guardar la ropa como si Rajoy, que gobierna en minoría, pudiera ilegalizar a todo quisqui. Vale ya de ser tan mojigatos, son tiempos de políticas y políticos “con dos cojones”