Oposición, sindicatos y organizaciones estudiantiles dieron ayer un ultimátum al primer ministro húngaro, el conservador nacionalista Viktor Orbán, sobre la reforma laboral: o deroga la conocida como “ley de esclavitud” o afrontará una oleada de movilizaciones y huelgas. La advertencia se produjo durante una protesta multitudinaria en Budapest a la que acudieron, pese a las bajas temperaturas, unas 10.000 personas, según medios húngaros, y que es la primera movilización de 2019, año que la oposición ha calificado como “de la resistencia”. La protesta contra la polémica normativa, que eleva las horas extras y que fue aprobada a mediados de diciembre en el Parlamento por la mayoría absoluta del Fidesz, la formación de Orbán, ha aglutinado a toda la oposición, sindicatos y organizaciones civiles en un frente único.
La polémica normativa eleva de 250 a 400 el número de horas extra anuales, lo que supone para algunos empleados trabajar seis días a la semana, y, además, permite a las empresas aplazar el pago de ese tiempo extra hasta en 36 meses. Aunque según la ley las horas extras son voluntarias, los sindicatos y otros críticos señalan que quienes se nieguen a aceptar trabajar quedarán “marcados” y correrán el riesgo de despido. (klik egin-ver más)
DEIA
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